15 abr 2012

El ENANO / PÄR LAGERKVIST


¿Qué es la religión? Mucho he reflexionado sobre esto, pero en vano. Reflexioné sobre ello especialmente cuando fuí obligado a oficiar como arzobispo, con todos los ornamentos sacerdotales, en una fiesta de carnaval, hace unos años, y a dar la santa comunión a los enanos de la corte de Mantua que su príncipe había traído para esa ocasión. Nos reunieron ante un pequeño altar que se levantó en una sala del castillo, y alrededor de nosotros tomaron asiento, burlándose, todos los invitados, caballeros y nobles, entre los cuales figuraban algunos jóvenes fatuos ridículamente ataviados. Yo alcé el crucifijo y todos los enanos se pusieron de rodillas. "He aquí a vuestro salvador", declaré con firme voz y los ojos inflamados de pasión. "He aquí al salvador de todos los enanos, un enano él mismo, que sufrió bajo el gran príncipe Poncio Pilato, y fue suspendido sobre su pequeña cruz de juguete para gozo y alivio de todos los hombres de la tierra." Tomé el cáliz y se lo presenté: "He aquí su sangre de enano, con la que todos los grandes pecados quedan lavados, y todas las almas manchadas, blancas como la nieve." Y tomé la hostia y se la enseñé, y comulgué ante ellos bajo las dos especies, según la costumbre, explicándoles el sentido del misterio sagrado: "Yo como su cuerpo que era deforme como el vuestro. Es amargo como la hiel porque está lleno de odio. ¡Ojalá comierais de él todos vosotros! Yo bebo su sangre, y ella quema como un fuego que nada puede apagar. Es como si bebiera mi propia sangre. ¡Salvador de los enanos, pueda tu fuego consumir el mundo entero!" Y arrojé el vino sobre los asistentes que contemplaban con estupor y pálido semblante nuestra siniestra ceremonia.

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