8 feb 2012
La otra Historia de los Estados Unidos (Desde 1492 hasta hoy)
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lcrhca
COLON, LOS INDÍGENAS Y EL PROGRESO HUMANO
Los hombres y las mujeres Arawak, desnudos, morenos y presos de la perplejidad, emergieron de sus poblados hacia las playas de la isla y se adentraron en las aguas para ver más de cerca el extraño barco. Cuando Colón y sus marineros desembarcaron portando espadas y hablando de forma rara, los nativos Arawak corrieron a darles la bienvenida, a llevarles alimentos, agua y obsequios Después Colón escribió en su diario
Nos trajeron loros y bolas de algodón y lanzas y muchas otras cosas más que cambiaron por cuentas y cascabeles de halcón. No tuvieron ningún inconveniente en darnos todo lo que poseían Eran de fuerte constitución, con cuerpos bien hechos y hermosos rasgos. No llevan armas, ni las conocen. Al enseñarles una espada, la cogieron por la hoja y se cortaron al no saber lo que era. No tienen hierro Sus lanzas son de caña. Serían unos criados magníficos Con cincuenta hombres los subyugaríamos a todos y con ellos haríamos lo que quisiéramos
Estos Arawaks de las Islas Antillas se parecían mucho a los indígenas del continente, que eran extraordinarios (así los calificarían repetidamente los observadores europeos) por su hospitalidad, su entrega a la hora de compartir Estos rasgos no estaban precisamente en auge en la Europa renacentista, dominada como estaba por la religión de los Papas, el gobierno de los reyes y la obsesión por el dinero que caracterizaba la civilización occidental y su primer emisario a las América , Cristóbal Colón
COLUMBUS, THE INDIANS, AND HUMAN PROGRESS
Arawak men and women, naked, tawny, and full of wonder, emerged from their villages onto the island's beaches and swam out to get a closer look at the strange big boat. When Columbus and his sailors came ashore, carrying swords, speaking oddly, the Arawaks ran to greet them, brought them food, water, gifts. He later wrote of this in his log:
They ... brought us parrots and balls of cotton and spears and many other things, which they exchanged for the glass beads and hawks' bells. They willingly traded everything they owned... . They were well-built, with good bodies and handsome features.... They do not bear arms, and do not know them, for I showed them a sword, they took it by the edge and cut themselves out of ignorance. They have no iron. Their spears are made of cane... . They would make fine servants.... With fifty men we could subjugate them all and make them do whatever we want.
These Arawaks of the Bahama Islands were much like Indians on the mainland, who were remarkable (European observers were to say again and again) for their hospitality, their belief in sharing. These traits did not stand out in the Europe of the Renaissance, dominated as it was by the religion of popes, the government of kings, the frenzy for money that marked Western civilization and its first messenger to the Americas, Christopher Columbus.
Howard Zinn
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